Tuesday, March 24, 2009

Noticias Inesperadas

Sonaban las 3 de la tarde en el reloj de Patricia, sus ojos hinchados delataban que había llorado toda la noche por la muerte de su marido. Durante el velorio recordó los 32 años de felicidad junto a él, esas imágenes eran interrumpidas por familiares, amigos y desconocidos que se acercaban a darle el pésame. 
Durante el entierro para escapar un poco de la realidad e intentar aliviar un poco la tristeza, se dedicó a observar a toda la gente que estaba a su alrededor. Dio con sus 3 hijos, sus respectivas esposas y sus 4 nietos, que en algún momento de su introspección había olvidado. Vio a algunos sobrinos y primos deambulando por ahí, algunos amigos sentados en las tumbas vecinas con ramos de flores entre sus manos. Detrás de una lapida estaba su hermana hablando por teléfono y por el fuerte manoteo seguramente la llamada era de negocios. Un poco mas alejada estaba una mujer totalmente desconsolada, acompañada de una niña como de unos 8 años; Patricia pensó: -Debe ser una de las millones de primas de Fernando, lastima que no pude conocer a todas en 32 años-. Volvió a la realidad, el entierro terminó. No le quedó mas que regresar a casa a descansar de aquel largo, y sumamente triste día.
Por la mañana la despertó el sonido insistente del teléfono, era el abogado  de confianza de la pareja. -Patricia, perdón que te despierte pero es importante leer el testamento de Fernando-. Ella lo que menos quería era escuchar aquel discurso. -Alberto, buenos días, por que la prisa, seguramente todo se lo dejo a nuestros hijos-. -Casi todo, respondió el licenciado. De verdad es muy importante la lectura,¿te parece si hacemos una reunión a las 5:00 pm en tu casa?-. -Esta bien, esta bien, a las 5 aquí nos vemos aquí, yo les aviso a mis hijos-. Patricia colgó el teléfono y bajo a desayunar. 
Después del ligero desayuno, decidió darse un baño y arreglarse un poco para no verse demacrada y triste. Terminó de maquillarse y se tiró en el sofá de su recamara a leer una novela bastante larga, esto la mantendría ocupada para no tener que sacar todas la ropa y demás cosas de su marido.
El timbre sonó puntual, eran las 5 y ella tenía ya preparado el café para recibir a sus hijos, y a su abogado y amigo. Alberto tenía un semblante cansado y preocupado. Patricia pensó que Alberto tenía que consultar todo con ella de ahora en adelante y el tema legal no era exactamente su fuerte.
Alberto dispuso a Patricia y a sus hijos en la sala de la casa, ella les sirvió café a todos para escuchar atentamente el testamento.
Empezó la lectura. Todo iba muy bien hasta la parte que decía: 
La casa de Cuernavaca será vendida y lo que salga de esa venta será para Raquel González, madre de mi hija Carmen.
Alberto en ese momento miró de reojo a Patricia y a los 3 muchachos. El mayor se levantó y salió de la casa rematando con un fuerte azotón la puerta principal, el siguiente en edad se levanto por una taza de café para desatorare un nudo en la garganta, el menor se acercó a la silla en donde estaba su madre totalmente pasmada por la noticia, la abrazó y le pregunto; -¿Madre, que es lo que vas a hacer?. Patricia dijo en voz tan alta como para que escucharan los que quedaban en la casa, -No quiero saber quien es ella, aunque lo imagino y la casa será vendida, el dinero se lo entregará Alberto en sus manos, si eso es lo que quería tu padre se va a cumplir y punto-.
Un par de días después de la lectura sonó el teléfono; -Buenas tardes, hablo preguntando por una casa en venta, ¿Podría informarme?, -Si señor, mi nombre es Patricia, buenas tardes, la casa tiene 3 cuartos, 2 baños y medio, sala, comedor, estancia, un jardín precioso con alberca y cochera para dos automóviles-. -Patricia, la casa me encanta pero creo que el precio impreso  aquí en el periódico esta mal-. -No señor, el precio es correcto-. -Yo supongo que en la impresión del periódico se equivocaron y le faltan por lo menos tres ceros al precio-. -No señor, le digo que el precio es correcto, la estoy vendiendo en $1,000 pesos, la quiere o no?-. -Señora, por supuesto que la quiero, la verdad llamé por curiosidad, pero ya que el precio es correcto, la quiero ahora mismo, solo una pregunta mas señora, ¿Porqué esta usted vendiendo una casa así en $1,000 pesos?. Patricia con un nudo en la garganta respondió; -Le explico señor, el dinero que salga de la venta de esa cara es para la amante de mi marido, ¿Aun está interesado?-. -Claro que estoy interesado-. -Perfecto. vendida-.

1 comment:

  1. me voy de viaje, vuelvo hasta el 22, haz tu tarea, la comentamos por acá.
    abrazote.

    ReplyDelete